Las Islas Canarias son un conocido destino turístico que atrae, cada año, a cerca de diez millones de turistas deseosos de disfrutar al máximo de su tiempo de descanso.
El excelente clima, unido a la riqueza de su patrimonio natural y cultural, ofrece a estos visitantes mil y una posibilidades en contacto directo con la naturaleza. Es el turismo activo, una alternativa que coge fuerza y ofrece nuevos horizontes para el turismo en Canarias, más aún teniendo en cuenta la necesidad de este sector de un ambiente bien conservado.
La belleza y espectacularidad de los rincones de las islas, unidas a la singularidad de sus habitantes,
su fauna y su flora, han cautivado a innumerables viajeros y aventureros de todo el mundo. Tanto es así, que pocos destinos turísticos pueden presumir de halagos con más de 2.000 años de antigüedad. En tiempos de la antigua roma, en el siglo I de nuestra era, Plinio el viejo ya citaba a Canarias como “Islas afortunadas”. Hoy, a tan sólo dos horas de vuelo de la península Ibérica y a cuatro del resto de Europa, Canarias ofrece el exotismo de islas paradisíacas en mitad del océano
y próximas al continente africano, la calidez y el alma alegre y afable de sudamérica y la calidad, seguridad y excelente servicio de cualquier país europeo.
El archipiélago Canario es desde la segunda mitad del siglo XIX un destino turístico muy apreciado. Los británicos fueron los primeros turistas que recibió Canarias atraídos por el clima primaveral de todas las Islas durante todo el año y por las bondades de manantiales y fuentes termales.
Muchas son las situaciones que han cambiado en los últimos veinte años en el mercado turístico canario pero con un punto fundamental que se mantiene inalterable: el turismo sigue siendo la principal fuente de riqueza e ingresos de la economía isleña, concentrando más del 80% del Producto Interior Bruto (PIB), predominando mayoritariamente el turismo de Sol y Playa, que abarca más de un 80% de la oferta turística canaria.
El turismo de Sol y Playa es y seguirá siendo el motor de la economía canaria, es un tipo de turismo que se desplaza a las Islas motivado fundamentalmente por su climatología y playas, es de carácter familiar, de disfrute y presenta un altísimo nivel de repetición.
Los datos y análisis recientes vislumbran que se está llegando a una fase de estancamiento, donde el crecimiento del sector turístico no es tan elevado como en los años anteriores y que en un futuro, pueden dar lugar a una fase de declive donde el modelo turístico adoptado se agote. Ante esta situación, la administración, plantea desarrollar herramientas que permitan trabajar en el diseño de la oferta, así como en la creación y desarrollo de nuevos productos turísticos para avanzar en el objetivo de diversificar el turismo.
La diversificación y la desestacionalización constituyen una constante de la política turística canaria que es consciente de que se debe seguir avanzando en la mejora de la calidad y promoción de productos turísticos. Entre ellos destaca el turismo activo con todas sus variantes: el golf, el turismo náutico, el turismo de aventura, el rural, el de salud, el deportivo o el cultural y, por supuesto, el submarinismo.
Dentro del turismo activo que se práctica en el mar podemos encontrar la vela, el windsurfing, el surf, la observación de cetáceos, el submarinismo, el piragüismo o la pesca de altura. Actividades que cada vez más forman parte de los circuitos de campeonatos mundiales fruto de las excelentes condiciones de las Islas para la práctica de estas actividades. La oferta de este tipo de servicios aumenta cada año y demanda mecanismos que permitan integrar la práctica de la actividad con el alojamiento, diseñando productos y redes, así como marcas y herramientas como la que se presentan en esta propuesta, que permitan, no sólo la promoción de estos productos, sino que además complementen la oferta de Sol y Playa que ofrece el litoral canario.