El objetivo es conseguir acuerdos de mínimos para empezar a caminar hacía la sensibilización y la conservación. Es por ello que se impulsan espacios pequeños para poder llegar a acuerdos más fácilmente. La estrategia Microáreas está diseñada para ser sostenible también en el tiempo, por lo que pueden ser abordada con presupuestos y mantenimiento reducidos, de tal forma que cualquier ayuntamiento costero las puede impulsar.
El tamaño de una Microárea se determina por consenso social por lo que no tiene limitación de tamaño. Por ejemplo, la Microárea de Las Canteras (Gran Canaria) cuenta con apróximadamente 0,55 kilómetros cuadrados (55 ha). Superficies muy reducidas comparadas con áreas marinas protegidas, por ejemplo: Reserva Marina del Archipiélago Chinijo (Lanzarote): 700 kilómetros cuadrados; Zona de Especial Conservación Teno-Rasca (Tenerife) : 695 kilómetros cuadrados.
Modelos de gestión de pequeñas dimensiones han sido aplicados con éxito en numerosos países. Estados Unidos, por ejemplo, alberga decenas de áreas de 1 milla cuadrada. De hecho, una de las más antiguas de este país (1970), la de Edmonds Underwater Park en Washington, tan solo se extiende 0,1 kilometros cuadrados, siendo menor que cualquiera de las Microáreas propuestas.