¿Funcionan?

El proyecto Microáreas suscita numerosas preguntas pero quizá una de las más relevantes es ¿Realmente las Microáreas benefician a la conservación y a la regeneración de especies de interés pesquero?

Las Microáreas se proponen en pequeñas franjas marinas donde, a partir de la potenciación de actividades sostenibles con importancia turística (como son el buceo, el baño, el snorkel, el kayak, el surf, el windsurf, etc.) se fomenta también la mejora en la calidad ambiental del espacio.

En este enlace se presenta una breve recopilación de bibliografía científica con una selección de una veintena de artículos que muestran los beneficios de áreas de pequeño tamaño, tanto desde la perspectiva ecológica y pesquera como desde la turística (otros ejemplos en el mundo).

La propuesta de proteger pequeños espacios no es nueva puesto que se basa en el sentido común. En Canarias han existido otras iniciativas previas a Microáreas como las del Cabildo de Tenerife, el Proyecto Gara o la Micro Reserva de Armeñime.

Microáreas como iniciativa se inició en 2008 con la propuesta promovida por Ecologistas en Acción en Montaña Amarilla (San Miguel de Abona, Tenerife), que impulsó el primer proyecto piloto que se basaba en el consenso social. Se logró un acuerdo con los sectores implicados, con el propósito de fomentar el buceo sostenible en esta área así como una zona de baño de alta calidad. Restringiéndose voluntariamente las actividades extractivas profesionales que se daban en la zona, se consiguió generar un espacio de gran valor biológico en un área que ya contaba con destacados recursos geomorfológicos y paisajísticos.

El proyecto se consolidó con la Microárea de La Aldea que fue la primera en obtener un acuerdo formal con el Ministerio de Medio Ambiente. La Microárea de Las Palmas de Gran Canaria es la más evolucionada con un foro de participación y cogestión ciudadana desde 2012.

Se trata de fomentar “museos submarinos” visitados por personas que acuden para contemplar sus valores biológicos, ecológicos y paisajísticos con el firme propósito, no solo de no perjudicarlos sino de mejorar su sostenibilidad.

Resulta recomendable que las Microáreas estén incluidas o sean colindantes con alguna otra figura de protección o gestión, bien sea terrestre o marina, como puede ser una Reserva de la Biosfera (figura internacional), Zona de Especial Conservación (figura europea) o un Espacio Natural Protegido (escala nacional y/o autonómica), que fundamenten y ayuden a realizar políticas de ordenación y gestión más exigentes que las actuales y que, por tanto, refuercen los objetivos de conservación perseguidos. La figura de la custodia del territorio es una opción que encaja a la perfección con el concepto de Microáreas como así lo recoge el propio inventario de custodia. Las Microáreas son, por tanto, un complemento y un refuerzo a las figuras existentes.

Microáreas: un Distintivo de calidad ecoturística

Desde sus inicios en 2008 el proyecto se ha mantenido en continúa evolución, para desembocar finalmente en lo siguiente: un proceso de asesoramiento a las administraciones locales que pretendan impulsarlo, mediante una metodología muy amplia que culmina en la obtención de una certificación de calidad de sostenibilidad marina.

La marca Microáreas sirve tanto de promoción de ese pequeño espacio a la administración local impulsora, como de garantía a los usuarios de que podrán utilizarlo con la suficiente calidad y de forma regulada. En la metodología propuesta, se plantean como objetivos fundamentales e imprescindibles los siguientes:

1. Ser espacios marinos atractivos en los que se desarrollen actividades de ecoturismo litoral.

2. Garantizar el uso público, libre y gratuito del espacio.

3. Contar con el apoyo de la administración competente en ese espacio y la cofradía de pescadores de la zona (en el supuesto de que se pretenda regular la pesca).

4. Que sus límites sean fruto del máximo consenso social.

5. Que no existan proyectos futuros de intervención en ese litoral que pongan en riesgo los recursos ecoturísticos de dicha zona.

6. Propiciar la conservación mediante la zonación.

7. Propiciar la seguridad de los usuarios zonificando la navegación de embarcaciones a motor o vela (con excepciones: embarcaciones asociadas al salvamento, canales de navegación habilitados o puntos de fondeos habilitados para actividades ecoturísticas).

8. Que exista una señalética o balizamiento, así como una propuesta de regulación de usos que evite conflictividad entre los diferentes usuarios.

Dentro de la metodología, además, se pueden desarrollar toda una serie de actividades paralelas (regeneración, educación ambiental, etc.), así como la edición de materiales para su divulgación.

Fases para el establecimiento de una Microárea

– Proposición
– Análisis y diagnóstico (ambiental y socioeconómico)
– Información y consenso
– Divulgación y sensibilización
– Tramitación y declaración
– Protección, vigilancia y seguimiento (gestión): Foro ciudadano